capítulo 5:"La razón es mi peor enemiga"
Me dirigí a mi carpa a cambiarme de ropa, me costó secarme mi cuerpo, tenía arena por todas partes, finalmente luego de luchar por minutos pude vestirme con una camiseta blanca con un estampado raro que decía “Top Disaster” junto a un mini-short café.
Salí de la carpa y noté que el almuerzo ya estaba listo y yacían comiendo; la tarde pasó rápido jugando entre familias, también hablé con Zac (un chico muy entretenido debo decir) hablamos de todo un poco, Josh hizo lo mismo con Erica.
El sol ya se escondía, el cielo despejado estaba, tomamos el té mirando la hermosa puesta de sol en el horizonte y ver cómo el sol se escondía.
La noche cayó, la luz de la luna resaltaba junto al cielo estrellado, eran alrededor de las 23:00pm cuando ya algunos se marchaban a sus carpas a dormir, no estaba cansada, quería seguir despierta.
-Hayley –dijo Ericka- ¿puedo hablar contigo?
-si, claro-le respondí. Hizo señas a que la siguiera y se dirigió a la orilla del mar sentándose en la arena seca imitándola.
-bien…-dijo- ahora habla, ¿qué ocurrió?
-¿qué sabes?-pregunté
-querían besarse-sonrió
-él quería, yo no-puse mi cara de inocente
-mientes-rió
-cierto-también reí
-¿sientes algo por él?-me preguntó
-¿por qué lo preguntas?
-Quiero comprobar algo…responde-dijo
-¿y tú que crees?-le pregunté
-¿quieres saber lo que pienso?
-si, quiero oír tu teoría
-bueno,-continuó- sé que querían besarse pero falló, pero también noto algo en ti que no quieres que descubra que es, y que no me lo dirás porque no te atreves o estas insegura…
-¿qué crees que te oculto?-la interrumpí
-es lo que trato de que me respondas –sus ojos buscaron los míos- ¿qué te ocurre con Josh?-me miró fijamente buscando mi respuesta, pero solo me limité a desviar la mirada- lo sabía…te gusta.
-¿qué sabes tú de eso?-pregunté molesta mirándola a los ojos
-¿a caso me dirás que no es cierto?-preguntó decidida
-Snif…-suspiré- creo que ya no necesitas una respuesta…lo siento
-¿tanto te costó admitirlo?
-no es eso, es que…
-¿qué sientes?-me interrumpió
-arg…-refunfuñé frustrada- no lo sé, solo sé que él es alguien…distinto…
-¿es distinto a Marck?
-¡¿quieres dejar de interrumpirme?!-alcé mi voz provocando un leve miedo en sus ojos, sentí en mis ojos un pequeño matiz de rabia.
Silencio.
-discúlpame-dijo ella con sus ojos tristes minutos mas tardes
-no,-le dije- no es tú culpa, no se porqué te grité, lo siento. –esbozó una tímida sonrisa- y respondiendo a tu pregunta, si, es diferente, con el me siento segura, su mirada tiene algo en especial, no sé que será pero aquella vez que lo miré por primera vez, sentí algo extraño dentro de mí, fue como si lo hubiese conocido desde mucho antes.
La verdad es que estoy feliz de haberlo conocido.”Anoche me preguntó que se siente estar enamorado”
-¿y tú sientes eso por él?-la miré directamente a los ojos, pero de una forma distinta, como si quisiera que me entendiera todo lo que siento. Me silencié y moví mis ojos buscando el horizonte.-no es necesario que me respondas, pero sabes bien que ocultar tus sentimientos no es bueno para alguien como tú, a veces hay que dejarlos al descubierto porque si no…te harán daño, y será lo que menos esperarás.
-para ser una niña de 13 años, sabes bastante-dije sonriendo
-es porque soy tu hermana y te puedo apostar que sé más que ti misma-sonrió
-mmm…-Ericka se apoyó su cabeza en mi hombro izquierdo bostezando. – ve a dormir, estas cansada, luego te sigo, estaré pensando y…gracias.
-no hay de que, hermana. Te quiero, hasta mañana –me besó la mejilla antes de irse a dormir.
El cielo estaba despejado y en el yacían brillantes estrellas rodeando la luna menguante, el mar estaba pacífico, corría un viento helado, quise ir por algo, pero sentí una abrigadora manta que yacía sobre mis hombros, miré a mi izquierda y allí estaba él, me entregó un vaso de café caliente y se sentó a mi lado con su vista fija en el horizonte, me quedé en silencio y desvié mi mirada.
“Ericka tenía razón –me dije tomando un sorbo- no puedo seguir ocultándolo-pensé-“pero quizás mi corazón aun late por otra persona” –me dije- “en realidad…no lo sé”.
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